Su nombre común es palmera real australiana o palma alejandra, y pertenece a la familia de las Arecáceas. Procede de Queensland, en Australia, donde vive en zonas boscosas de lluvia abundante. El nombre científico procede del griego “archon” que quiere decir jefe, o algo supremo, y “phoenix” que se refiere a palmera, lo que quiere decir que es la más majestuosa de entre las palmeras. El de la especie se puso en honor a la princesa Alexandra de Dinamarca, esposa de Eduardo VII de Inglaterra, gran amante de las ciencias y las artes.

Es una de las palmeras más elegantes que existen, con un esbelto tronco anillado, delgado y alto, pudiendo superar los 20 m de altura; a menudo con la base más gruesa. Tiene las palmas pinnadas y ligeramente arqueadas, con el ápice de los foliolos puntiagudos, de color verde en el haz y con la cara inferior o envés más pálido, casi grisáceo. En la parte alta del tronco las vainas de sus hojas forman un prieto cilindro verde reluciente, el llamado capitel. De la parte inferior del capitel brotan las inflorescencia, cortas y muy ramificadas, con florecillas de color blanquecino, y luego frutos que al madurar son de un rojo brillante. Es una especie monoica, con flores masculinas y femeninas en la misma planta, que florece a finales de verano y fructifica entre invierno y primavera.

Muy decorativa tanto aislada como en alineaciones, también ideal como planta de interior. Su palmito comestible era muy apreciado por los nativos. De crecimiento rápido, le conviene suelo rico y riego abundante, pudiendo vivir tanto al sol como a la sombra, y es capaz de sobrevivir a las heladas cuando es adulta. En el Jardín Botánico Histórico La Concepción hay varios ejemplares de esta especie.

English: Alexandra palm, King palm.